Blacky, El amigo de los niños

Estoy realmente preocupado.

No, no se trata de esa pandilla de Aliens que me jode todas las noches a eso de las 5 de la mañana con sus chupaditas de lengua dentuda y sus botellones al ladito de mi cabina. Eso me da igual, al fin y al cabo son gajes del oficio.

Es algo un poco.... personal. Algo desagradable, y tengo que comentárselo a alguien por que me estoy volviendo loco.

Llevo unos días con el estomago un poco rebelde. Supongo que serán los guisos reiterativos de Tortuga Anteriana que nos hace nuestro cocinero Willy.

A raíz de esto os contare un secreto que es información reservada. Los excrementos son vida inteligente. Que sí hombre que si. Cada vez que tiras de la cadena estas matando a un pequeño ser vivo. Así que básicamente esto te convierte en.... en un puto asesino. Pero vamos no es a lo que iba.

El caso es que nuestros excrementos tienen todos el mismo nombre: “Blacky”. Si, por aquello de que es oscurito y tal. Todos los excrementos del mundo (hasta los de los peques) están interconectados entre si formando una inteligencia comunal que recibe el nombre de Blacky (y no, no es un acrónimo).

El caso es que Blacky es una compañía única cuando estas solo. Puedes leer con el en el servicio (sino, ¿Por que la gente se lleva lectura al “Sr. Roca”?), puedes contar con el para dar una excusa convincente si no quieres estar o asistir a un sitio (“Menuda colitis tengo, no podré asistir a la comida con tu madre, cariño”), o incluso puedes despedir las visitas imprevistas de tu pesada tía Geltrudis (con un simple soplido continuado de Blacky.... y si ya sabéis quien es Blacky también sabréis lo que es su soplido).

El caso es que con Blacky uno ya no tiene una relación simple. Básicamente es una simbiosis. Es tu hermano. ¡¡Que tu hermano!! ¡¡ En algunos casos es tu amante!! (dedicado a nuestros lectores coprófagos... ¡¡¡Liberad a Blacky!!! No lo matéis).

En fin, el otro día me pelee con Blacky. Y estuvimos tres días sin vernos ni hablarnos. Imaginad lo que eso supone.

El caso es que hoy parecía recibir la llamada de Blacky, así que me dirigí imperiosamente al servicio para reencontrarme con el y decirle lo mucho que lo echaba de menos.

Y fue cuando sonó la música de Psicosis de fondo, y mire hacia mi entrepierna y me encontré esto:

Su nombre es Nasty.... y amenaza con matarme. Tuve la suerte de poder dispararle con una pistola congelante y hacer la foto que habéis visto arriba.

Tengo miedo mucho miedo. Blacky, vuelve, por favor.

Fin de la conexión

Que os zurzan.